A finales de noviembre, Edwin y Liesbeth partieron hacia el Polo Sur para su misión “Clean2Antarctica”. La primera expedición de energía neutral y cero residuos al Polo Sur, con el objetivo de llamar la atención sobre el cambio climático e inspirar a las personas a tomar medidas.

El viaje de 30 días de 2400 kilómetros conduce a través de un desierto de hielo donde el sol nunca se pone. Lógico que la energía solar se elija para el accionamiento. Su Solar Voyager consiste de un camión y dos remolques que están equipados con diez paneles Autarco para la conducción. Debido al fuerte reflejo de la nieve, se han elegido los llamados paneles bifaciales, en los que ambos lados generan electricidad. Los paneles están unidos con un sistema extraíble, si el viento sopla demasiado fuerte, la fila superior debe retirarse para que el remolque no se caiga. Con aún más viento todo se dispara y el Solar Voyager echa el ancla.

La Madre Naturaleza decidió que después de ochenta kilómetros, Edwin y Liesbeth tuvieron que detener su viaje temporalmente debido a una tormenta de nieve. Esto tomó un día y medio y un día después, volvió a suceder. Pero como dice Edwin “incluso si no siempre nos gustan las turbulencias, a veces las necesitamos, solo un poco. La turbulencia se puede poner en movimiento y un nuevo estado de cosas.”